GDHH-155 ¡Quería apretar, chupar y lamer sus pechos hasta empaparlos! Me encantaban esos pechos y, como era virgen, dije: "¡Déjame lamerlos!". ¡Le hizo una petición urgente a su hermana tetona! La hermana, que era muy amable y quería mucho a su hermano, accedió a regañadientes: "Solo fumaré un cigarrillo". Sin embargo, la hermana quedó impresionada por mi increíble habilidad para lamer la lengua...